Universidades estatales trabajan de manera participativa por la eliminación de la violencia contra la mujer

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Universidades estatales trabajan de manera participativa por la eliminación de la violencia contra la mujer

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  • La función transformadora de la educación hace que sus instituciones sean uno de los pilares en el proceso de consolidar los Derechos Humanos acabando con la violencia de género. Actualmente, todas las universidades estatales cuentan con políticas contra el acoso sexual, la violencia y discriminación de género.

En el marco del 25 de noviembre,  Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer,  y a un año de la implementación de la Ley 21.369 contra el acoso sexual, la violencia y la discriminación de género en las instituciones de educación superior, las 18 universidades integrantes del Consorcio de Universidades del Estado (CUECH) refuerzan su compromiso con impulsar un cambio cultural hacia la igualdad de género y la no discriminación al interior de sus planteles, desarrollando un trabajo colaborativo para crear modelos e instancias que buscan prevenir y erradicar la violencia de género.

En septiembre de 2021 se promulgó la Ley 21.369 que regula el acoso sexual, la violencia y discriminación de género en las entidades de educación superior. La normativa ha permitido grandes avances en materia de género, al incentivar el desarrollo de políticas integrales, modelos de prevención, actualización de protocolos de actuación ante denuncias, y la formación de unidades de investigación y sanción de denuncias, y de atención y apoyo a las víctimas.

“Esta ley nos insta a promover relaciones igualitarias, entonces para las mujeres es un avance muy relevante, pero también en términos de relaciones de género para hombres, mujeres y disidencias, también hay un cambio”, señaló Angélica Marín, secretaria ejecutiva de la Oficina de Género y Sexualidades de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. Además, indicó que “la ley nos pide tener una estrategia comunicacional que asegure que tanto la política, como la existencia de las unidades y de estas intervenciones, sean conocidas por toda la comunidad universitaria, y nosotros como CUECH la estamos llevando adelante”.

Una realidad que enfrentar

Al sistematizar las relaciones y brechas de género al interior de las universidades estatales se estableció que cuatro de cada cinco personas que han sido víctimas de situaciones de acoso sexual son mujeres, y en total una de cada cinco de ellas que se desempeñan laboralmente en las universidades han sufrido este tipo de agresión. En relación con el micromachismo al interior de las instituciones, un poco más de un tercio de las estudiantes en las universidades han reconocido recibir miradas y gestos incómodos; y la quinta parte de ellas, como también funcionarias y académicas, han señalado haber recibido bromas sexistas. 

Para prevenir y enfrentar estas situaciones el 100% de las entidades del CUECH actualmente cuentan con políticas integrales contra la discriminación, la violencia y el acoso sexual. De estas universidades el 94,1% posee normas actualizadas de denuncia y sanción del acoso sexual; el 70,6% ha impulsado campañas de sensibilización e información.

Conmemoración internacional

En el año 2000, la Asamblea General de la ONU designó el 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, haciendo una invitación a Estados, organismos internacionales y ONGs a involucrarse y promover su erradicación. La fecha fue elegida para honrar a las hermanas Mirabal, asesinadas en 1960, en República Dominicana, por orden del dictador Rafael Trujillo. 

“Como universidades estatales hacemos un llamado a la sociedad a reflexionar en torno a la violencia contra la mujer cuyas consecuencias son perjudiciales para el entorno social porque impide que mujeres y niñas ejerzan su derecho a vivir una vida libre de violencia, y genera repercusiones sociales y económicas a nivel global en las comunidades que pueden tener un enorme impacto a corto, mediano y largo plazo”, concluye Angélica Marín.